Conceptos principales

Individuo

La palabra proviene de “indivisible”, aquello que no se puede dividir, la unidad última. También se define como “totalidad integrada” con autonomía biológica, fisiológica y conciencia de sí mismo. Para la psicología social el individuo es el sujeto que socializa, se relaciona, genera y padece, al mismo tiempo, los fenómenos sociales. Es la persona que nace, crece, se desarrolla, aprende, siente, piensa, vive y muere en un entorno en el que ineludiblemente se relaciona con otros individuos. Las discusiones sobre el concepto de individuo está presente en diferentes disciplinas (física, filosofía, biología, ciencias cognitivas y sociales). Algunas tendencias la llevan al extremo y hacen del individualismo una ideología. Se define, también, como una condición humana esencial (el solipsismo, la soledad absoluta) y otras que sostienen una autonomía solidaria (cada individuo debe recuperar su autonomía en busca un bien social).

Grupo

Habitualmente grupo se define, desde el punto de vista psicológico, como dos o más personas [si fuesen solo dos personas formarían una pareja: de amigos, de compañeros, de asociados, quizá no sea plenamente un grupo] que reúnen las condiciones de: ser interdependientes, las acciones que realiza uno de los miembros influye sobre el comportamiento de las demás personas y comparten en común aspectos como la ideología –valores, creencias y normas que regulan su conducta– (Krech y otros, 1978) y es probable que compartan la misma clase social. Lo fundamental para que un conjunto de personas se considere un grupo es la interacción entre sus miembros, el sentido de pertenencia (los miembros del grupo se siente parte de él y se identifican con él) y la influencia mutua entre sus miembros, puesto que comparten creencias, normas (no tienen que ser explícitas, pero todos los miembros entienden que hay pautas en común).

Clase

La clase social se refiere a un sistema complejo de estatus, en el cual las personas se ordenan por el rango, el prestigio o valía social. Se considera una estratificación social en la que los individuos que de cierto estrato (clase) comparten características sociales y económicas, que implica dinero, poder, cultura, gusto, identidad, acceso y exclusión (Vitt, 2007). El sistema de clases sociales determina el medio social en el que se desarrolla la persona. Generalmente una comunidad está conformada por personas de la misma clase, que comparten niveles culturales, educativo y culturales. La división de la sociedad en clases sociales establece barreras de acceso a ciertos privilegios para las clases inferiores. (Krech y otros, 1978, pp. 334-335). La clase también hace referencia al grado de conciencia que alcanza un individuo con respecto a las relaciones sociales definidas por la clase (clase dominante – clase dominada) y la actitud social que en función a ella se adopta. Además, esta condición define expectativas y roles sociales (empleo, estudios, relaciones sociales, vínculos sociales y afectivos, etc.).

La definición de clase social no es sencilla y se puede notar los diferentes métodos que utiliza la sociología para medirla y establecerla: métodos objetivos, basados en indicadores socioeconómicos establecidos en permanente revisión; métodos subjetivos cuyo criterio es la autopercepción, la definición que ella misma hace respecto a qué clase pertenece; y el método de la reputación, que se construye a partir de la valoración social que realiza la sociedad a determinados indicadores de prestigio y reputación.

Se puede resumir el concepto de clase como una categoría social definida por el estatus social en la cual sus miembros comparten características socioeconómicas, culturales y de rol de producción (empresarios, propietarios, obreros, empleados, desocupados, etc.) que definen el acceso social a derechos y obligaciones e influyen sobre el conjunto de atribuciones sociales, actitudes y creencias.

Familia

El concepto de familia tampoco es sencillo de abordar. Quizá el término familia se considere claro y simple. Sin embargo, apenas se reflexiona sobre los límites de la “familiaridad” se podrá notar que son bastante difusos. Comencemos por indicar que se trata de un grupo, en todo el sentido de la palabra, compuesta por personas que comparten, primordialmente, relación de filiación o de pareja (padre-madre, hijos, hermanos). Existe una relación de consanguinidad pero también una relación voluntaria (se forma “familia” con otra persona a quien se ama, con quien no hay lazos de sangre). Las familias adoptivas constituyen otro ejemplo de constitución familiar en la que no existe la consanguinidad. El diccionario de la Real Academia define familia de las siguientes maneras (se eliminaron las acepciones que no guardan relación con la psicología social) (RAE, 2001) [se omitieron significados no relacionados con tema]:

Familia: Del lat. familia.

  1. Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas.
  2. Conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje.
  3. Hijos o descendencia. Está casado, pero no tiene familia.
  4. Conjunto de personas que comparten alguna condición, opinión o tendencia.
    Toda la familia universitaria está de enhorabuena.
  1. Cuerpo de una orden o de una comunidad religiosa. La familia carmelita.
  2. coloq. Grupo de personas relacionadas por amistad o trato.
  3. p. us. Conjunto de criados de alguien, aunque no vivan dentro de su casa.

Como puede verse el concepto es bastante versátil y se adapta a diferentes situaciones. Por ejemplo, el que dos personas formen pareja no es suficiente para definir una relación como familia. El que existan hijos en común no define, necesariamente, a una pareja como familia. Indudablemente la relación de familiaridad más fuerte es la de los progenitores con sus hijos. Dependiendo de la cultura una familia podría conformarse por una extensión mayor o menor hasta cierto grado de descendencia y ascendencia. En la psicología social la familia siempre ha sido considerada como el núcleo de la sociedad puesto que en ella se transmiten los valores culturales, normas y, también, se experimentan las virtudes, los vicios y, lamentablemente en ocasiones, las “fatalidades” sociales (amor, confianza, solidaridad, intolerancia social, prejuicios, abandono, violencias o abusos de todo tipo) que impactarán la vida de cada persona.

Las familias han ido cambiando su composición y dinámica de relacionamiento. Un interesante reporte sobre las “nuevas formas de familia” publicado por UNICEF y UDELAR (2003) discuten el tema. Actualmente se podría afirmar que coexisten diferentes tipos de familia (Wikipedia, 2017):

  • Familia nuclear: formada por los progenitores y uno o más hijos.
  • Familia extensa: abuelos, tíos, primos y otros parientes consanguíneos o afines.
  • Familia monoparental: en la que el hijo o hijos viven con un solo progenitor (madre o padre).
  • Familia ensamblada: familia reconstituida o familia mixta, es una familia en la cual uno o ambos miembros de la actual pareja tiene uno o varios hijos de uniones anteriores.
  • Familia de padres separados: en la que los padres se niegan a vivir juntos; no son pareja pero deben seguir cumpliendo su rol de padres ante los hijos por muy distantes que estos se encuentren.
  • Familia homoparental: aquella donde una pareja de hombres o de mujeres se convierten en progenitores de uno o más niños.
  • Familia sin hijos por elección: en la que los conformantes de la familia toman la decisión de no tener descendientes.

Comunidad

Al pensar en comunidad inmediatamente se plantea como un grupo de personas que comparte un territorio común, un espacio geográfico delimitado, una localidad, con finalidades relativamente comunes –más bien comparten condicionantes que generan intereses comunes que no necesariamente se afrontan de manera colectiva: acceso a servicios, seguridad social, etc.– y comparten características de clase.

Desde la psicología social se ha planteado la necesidad revisar el concepto de comunidad delimitado por la territorialidad, más específicamente se propone un concepto que elimine los elementos valorativos “ideales”, se elimine la territorialidad y coloque el énfasis en la valoración subjetiva de los miembros de la comunidad en cuanto al grado de pertenencia, identificación e interacción (Krause Jacob, 2001, p. 55):

  • Pertenencia: sentirse «parte de», «perteneciente a» o «identificada con».
  • Interrelación: la existencia de contacto o comunicación (aunque sea «virtual») entre sus miembros, y mutua influencia.
  • Cultura común: la existencia de significados compartidos.

Normas sociales

La norma se define como una regla que establece las actitudes y las acciones y la conducta que se espera de los miembros del grupo en cuestión. Al formar parte de un grupo se asume la aceptación de las normas de dicho grupo. Una regla de conducta, para ser una norma, debe ser aceptada por la mayoría del grupo. Obsérvese que las normas prescriben no solo cómo los miembros de un grupo deben actuar, sino cómo deben pensar. Las normas tienen que ver con las actitudes y con la conducta, las que a su vez son de importancia fundamental para el grupo. Las normas son constantemente reforzadas y se mantiene rígidas. La desviación de estas normas centrales no es tolerada. El nuevo miembro debe adoptar las actitudes aprobadas por el grupo (si es que ya no las mantenía previamente) o sufrir la expulsión en el caso contrario (Krech y otros, 1978, p. 254). Las normas culturales rigen el comportamiento “típico”, aquellas que se consideran adecuadas e inadecuadas. Son reglas estándar aceptadas por una sociedad y los ocupantes típicos de una posición social específica. Vemos, nuevamente, que el estatus y la clase social están regidos por normas de comportamiento que varían inclusive por encima de las normas típicas de una cultura y una sociedad específicas. Las normas sociales especifican las recompensas para las conductas adecuadas y los castigos para las que no lo sean. Por ejemplo, una persona que no se ajusta a las normas de respeto (saludo, cordialidad, urbanidad, “educación”) es rechazada o tratada en forma hostil. Asimismo, las normas culturales definen las formas en que se relacionan las personas por edad, género y rol social.