Sensación y Percepción

A pesar de que en el programa sólo aparece la percepción como tema, se incluye la sensación porque resulta imposible separar la percepción de la percepción, tal es así que algunos autores adoptan la denominación “sensopercepción” para remarcar que se trata de un solo proceso. La sensación se refiere la medida en que los estímulos del mundo exterior tienen la capacidad de impactar los receptores y la percepción a la representación mental del mundo exterior, a continuación nos detendremos en la conceptualización y los factores relacionados con este proceso.

a)      Sensación

Es el proceso básico elemental por el cual una energía consigue estimular los receptores sensoriales se conoce como sensación, aquí es importante señalar que no se puede tener conciencia de que se produce una sensación sin la intervención de la conciencia, por lo que, como se indicó, están íntimamente relacionados. Una sensación requiere de: a) intensidad suficiente y b) capacidad receptora.

  • Intensidad del estímulo: La intensidad suficiente fue estudiada desde la psicofísica y se estableció que existe un umbral absoluto que establece la cantidad de energía mínima necesaria para que pueda ser captada por los sentidos (→experiencia consciente). Desde este punto de vista la sensación seguiría un modelo de tipo “todo-o-nada” (se capta o no se capta), sin embargo, como podrá verse inmediatamente, el registro de si un estímulo fue captado o no depende de la percepción (conciencia del estímulo) y el patrón de percepción no es uniforme en todas las personas, cada una tiene un umbral diferente, por lo que los estudios se han orientado a establecer los límites en los cuales, tras varios experimentos, el 50% de las veces se detecta una señal.

Otro aspecto estudiado referente a la intensidad del estímulo se orienta identificar la diferencia mínima detectable de un estímulo, denominado umbral diferencial y se refiere a cuán más intenso debería ser un estímulo para que pueda ser detectada la diferencia. El procedimiento utilizado por la psicofísica ha sido también la experimentación y se determina como umbral diferencial el límite en el cual, tras varios experimentos, el 50% de las veces se detecta la diferencia entre cierto nivel de energía y otro (más claro/oscuro, más dulce/amargo, más áspero/suave, etc.). Dependiendo del tipo de estímulo los umbrales son diferentes, en la figura 16 se ejemplifican algunas.

  • Capacidad receptora: Cada estímulo debe presentar una adecuación estimular puesto que existe una especialización de los sentidos para captar determinado tipo de energía (Styles, 2005, p. 30) y la captación de la energía o estímulo, desde el punto de vista biológico, presenta una importante complejidad. Por una parte se encuentra el diseño neurológico de cada órgano sensorial o terminaciones receptoras del sistema nervioso y por otra la región cerebral que procesa la información. No se desarrollará a profundidad el tema, puesto que excede los propósitos de esta exposición, es suficiente tener en cuenta que la sensación requiere de células receptores y regiones específicas del cerebro responsables de su procesamiento (Rowlands, 2004, p. 112), cualquier falla en algunas de estas partes puede generar alteraciones, trastornos o discapacidad.

Los receptores sensoriales pueden clasificarse en:

  • Exteroceptores: proveen información del exterior, entre ellos se encuentran los sentidos auditivos, visuales (estos dos son los que mayor incidencia tienen sobre el proceso cognitivo), gustativos, olfativos y hápticos (el sentido del tacto).
  • Propioceptores: informan sobre la percepción del propio cuerpo y la posición. Participan la sensación cenestésica, correspondiente a los movimientos musculares y la sensación vestibular, o del equilibrio y la orientación espacial.
  • Interoceptores: responsable de la información de los órganos internos.
  • Dermoreceptores: que se encuentran en la piel y originan información diferente a la del tacto, propiamente, existen receptores específicos para el dolor, el placer, la presión, la temperatura.

Figura 16. Relación entre la magnitud física y psicológica.

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b)      Percepción

De manera sucinta se podría afirmar que la percepción es el reflejo de la realidad material en la conciencia y si bien se había indicado que es prácticamente inseparable de la sensación, vale considerar que la percepción no es un reflejo exacto de los estímulos que impresionan los receptores sensoriales, involucra cuestiones de identidad y forma, patrones y movimiento que dependen tanto de los aprendizajes que acomodan estos aspectos como de configuraciones preexistentes en la mente (Sternberg y Sternberg, 2012, p. 89).

Resaltemos algunas propiedades de la percepción que nos permiten precisar su definición:

  • Selecciona: Del conjunto de estímulos que impresionan los sentidos, la percepción permite seleccionar los elementos para poder configurarlos.
  • Reconoce: Permite definir qué es, en caso de que sea un elemento desconocido, permite reconocer sus características resaltantes, sus propiedades.
  • Organiza: La información proveniente de las terminales sensoriales es desorganizada, es la percepción la que permite estructurarla en objetos de la realidad.
  • Otorga sentido: Permite especificar su naturaleza, clasificarla y prepararnos para vincularnos con el objeto percibido, esto en coordinación con los demás procesos perceptivos y emocionales.
    • Factores relacionados

La percepción se compone de elementos, muchas veces ignorados en el estudio de percepción, que fueron publicados en el “controversial artículo” de James Gibson, quien introdujo los conceptos de: objeto distal –externo– (un objeto externo, distante, al sujeto que percibe), información del medio (información que provee el ambiente, como las ondas acústicas, la reflexión lumínica, colores, etc.), estimulación proximal (características de las células receptoras del cuerpo) y el objeto perceptual (representación mental del objeto percibido que, se supone, reproduce convenientemente aquello que se presenta ante los sentidos) (Sternberg y Sternberg, 2012, p. 88).

Otra manera de describir el proceso perceptivo se presenta de la siguiente manera (May, 2007, pp. 2-3): en primer lugar se presenta un estímulo ambiental, lo cual genera una transducción (la energía perceptiva se convierte en un proceso fisiológico electroquímico en el cerebro), que permite el procesamiento de la información lo cual da lugar a la percepción, propiamente, esto lleva a un reconocimiento del objeto percibido y permite generar una acción en respuesta al estímulo:

Estímulo ambiental → Transducción → Procesamiento → Percepción → Reconocimiento →Acción

La mayoría de las investigaciones referentes a la percepción se basan en la visual y sus propiedades son generalizadas a los demás procesos perceptivos (como el de la audición). Los estudios emprendidos por la psicología de la gestalt marcaron este camino y dieron origen a las leyes perceptivas (Koffka, 1936; Köhler, 1949/1975) aún hoy utilizadas (Sternberg y Sternberg, 2012). Destacan dos principios generales: “el todo es más que la suma de las partes”, lo cual se hace tangible en las configuraciones perceptivas de elementos que no estimulan los sentidos pero se perciben (ver figura 18) y el principio de figura y fondo en el que la fuerza de un estímulo resalta del fondo (como ejemplo se acostumbra presentar la popular imagen “Pablo, Pedro y la copa” e imágenes ambiguas que permiten ver objetos diferentes al intercambiar el color de fondo.

Además, formularon las siguientes leyes:

  • Ley de Proximidad: Los elementos más próximos se consideran parte de un todo, este principio es el que se aplica en la lectura, como verán, todas las letras están separadas pero un espacio mayor permite diferenciar una palabra de otra.
  • Ley de Similitud: Aquellos elementos que son similares se asocian como si fuesen parte de un todo en el campo perceptivo.
  • Ley de Buena forma: El campo perceptivo se organiza de tal forma a registrar “buenas formas” orientándose a las más simple organización generan una percepción estable y coherente:
    • Ley de Cierre: Se perciben formas cerradas aunque el estímulo se encuentre incompleto.
    • Ley de Continuidad: cuando se combinan imágenes o se superponen se tiende a percibir la continuidad de una “buena forma” y no elementos quebrados.

Figura 17. Percepción más allá de los estímulos sensibles.

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Figura 18. Leyes de la percepción visual de la Psicología de la Gestalt.

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Figura 19. Figura y fondo y efecto del campo perceptivo.

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Límite Circular IV – © M. C. Escher – Grabado litográfico de 1960 – www.wikiart.org
Se puede observar en el primer plano las figuras de demonios oscuros, al prestar atención
a las figuras en blanco se hacen visibles los ángeles, es un ejemplo del efecto de reversibilidad figura-fondo en el que se modifica la figura dependiendo del campo perceptivo seleccionado.

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Efecto de figura y fondo: el principio de figura y fondo plantea que la percepción se produce cuando es posible distinguir claramente una figura de un fondo del cual contrasta. En esta imagen se puede ver que algunas imágenes se hacen perceptibles sobre un fondo blanco mientras que otras se hacen visibles en color blanco sobre un fondo negro. En este ejemplo la percepción es clara y no se confunde a pesar de combinar el concepto de figura y fondo sobre la misma imagen. Existen otras figuras construidas de manera a que cambia la percepción dependiendo de la configuración que elija como figura o fondo.
  • Anomalías de la percepción

Las anomalías han sido separadas en dos familias: en la primera se encuentran alteraciones localizadas en la corteza cerebral, que como bien lo señalan Sternberg y Sternberg (2012, p. 127) el estudio de las personas con dificultades perceptivas permiten comprender aún mejor cómo funciona la percepción. La percepción se compone de dos itinerarios el qué (el objeto de la percepción) y el dónde (la ubicación del objeto), los cuales se ven alterados, respectivamente, por dos grupos de trastornos:

  • Alternaciones que se pueden dar bajo circunstancias “normales” o alteraciones mentales por efecto de drogas o trastornos con sintomatología psicógena.
  • Ilusión: que consiste en una distorsión de la percepción en presencia del estímulo, esto se puede dar por la disposición de los estímulos (ambigüedad, fusión de objetos, gases, reflejos de luces, etc.), o el estado alterado por un accidente o el consumo de sustancias.
  • Alucinación: “percepción sin objeto”. Pueden ser visuales (se ven objetos o personas que no están presentes), auditivas (oír sonidos o voces), interoceptivas (movimiento de los órganos internos), kinestésicas (sensación de control de los movimientos), frecuentes en las psicosis.
  • Alternaciones que resultan de una lesión cerebral, generalmente causada por traumatismo grave:
  • Ataxia [a = sin, ausencia; taxia = orden]: Es un trastorno complejo que afecta la zona parietal relacionada con los movimientos voluntarios y se caracteriza por un déficit en la utilización de la información visual para coordinar los movimientos, por lo tanto se ve afectado el cómo. La persona con ataxia distingue un objeto pero no puede alcanzarlo por la descoordinación motriz.
  • Agnosias [a = sin, ausencia; gnosia conocimiento, reconocimiento]: Se presentan como consecuencia de una disminución de la oxigenación cerebral por déficit en la irrigación que generalmente se produce por accidentes que traumatizan el cráneo. En este trastorno la persona no puede reconocer el qué. No tiene dificultades en la sensación, recibe la información de manera clara, sin embargo, no puede reconocer los objetos.